En un hecho sorprendente, Abdullah Hashem Aba Al-Sadiq, quien se autodenomina Mesías Mahdi, ha hecho un llamado público para que judíos y árabes colaboren en la reconstrucción del Tercer Templo en Jerusalén. Su propuesta, presentada como un esfuerzo de paz, ha generado inquietud entre quienes estudian la profecía bíblica.

Hashem, fundador de la Ahmadi Religion of Peace and Light, afirma ser “el sucesor viviente tanto del profeta Mahoma como de Jesucristo”, además de proclamarse “sucesor de Simón Pedro” y “el verdadero y legítimo Papa”.

Estas afirmaciones lo posicionan como un supuesto unificador de religiones, un papel que la Biblia advierte será asumido por un gran engañador en los últimos tiempos.

En un sermón difundido en YouTube, Hashem instó a la unión de árabes y judíos para construir un nuevo templo en el Monte del Templo. “Esto no es solo otro llamado a la paz, es una llamada de atención al mundo. El conflicto no es solo político, es espiritual”, declaró. Además, sostuvo que tiene “soluciones divinas para esta crisis, basadas en la justicia, la unidad y la voluntad de Dios”.

Sin embargo, para muchos cristianos, este mensaje encierra un peligro espiritual. La Biblia advierte que antes del regreso de Jesús surgirán falsos líderes que promoverán una paz engañosa (1 Tesalonicenses 5:3) y ejercerán gran influencia religiosa (2 Tesalonicenses 2:3–4). La propuesta de Hashem, aunque parece buscar unidad, se asemeja a estas advertencias proféticas.

Hashem rechaza los límites nacionales modernos en Oriente Medio, afirmando: “No existe Palestina, ni Irak, ni Egipto… Solo existen las tierras de los musulmanes. La tierra es de Alá, y Él la da en herencia a quien quiere”. Sus palabras revelan un objetivo de consolidar control espiritual bajo su liderazgo.

El líder cita escritos islámicos que respaldan la reconstrucción del templo: “Él reconstruirá el Bet Makdis… con una construcción como nunca antes”. Para los estudiosos bíblicos, esto recuerda las profecías de Daniel 9:27 y Mateo 24:15, que advierten sobre la futura profanación del templo por el “hombre de pecado”.

Expertos como el Dr. Mordechai Kedar han señalado que la santidad islámica del Monte del Templo es una tradición tardía y polémica, lo que abre la puerta a la visión ecuménica de Hashem sobre un templo compartido.

Estas propuestas deben analizarse con discernimiento. La Biblia enseña que en los últimos días surgirán líderes carismáticos que ofrecerán soluciones de paz, pero que en realidad preparan el escenario para el engaño y la tribulación.

Es fundamental permanecer firmes en la Palabra de Dios y no dejarse seducir por promesas de unidad que contradicen el mensaje bíblico.

La esperanza cristiana no está en templos ni en pactos humanos, sino en Jesucristo, quien ya venció y regresará en gloria. Aunque la confusión y el engaño aumenten, los creyentes están llamados a velar, orar y mantenerse anclados en la verdad, sabiendo que la redención está cerca.