Los falsos Cristos ya están aquí: Así es como la IA engaña y extorsiona al público haciéndose pasar por Jesús
Chatbots de inteligencia artificial que se presentan como “Jesús” han surgido en internet, prometiendo guía espiritual, respuestas a oraciones y hasta confesiones. El fenómeno preocupa a comunidades cristianas, pues estos programas, como AI Jesus, Virtual Jesus, Jesus AI, Text with Jesus y Ask Jesus, afirman ser el propio “Hijo de Dios”, respondiendo a miles de usuarios cada mes sin respaldo de iglesias ni organizaciones cristianas reconocidas.

El principal problema no es solo la imitación: estos chatbots son desarrollados por compañías privadas que buscan lucrar. Monetizan su funcionamiento mediante publicidad y hasta suscripciones premium, adaptando sus respuestas para atraer más usuarios, aunque eso implique alejarse de la doctrina bíblica.
Como advierte el estudio del profesor Anné H. Verhoef, “la teología presentada por los chatbots será ajustada por el algoritmo en tal forma que se vuelva la más popular, no necesariamente la más bíblica”.
Expertos y estudios señalan que las respuestas que dan sobre temas teológicos varían y, en ocasiones, contradicen enseñanzas cristianas esenciales. Por ejemplo, ante la pregunta “¿existe el infierno?”, cada chatbot compartió una visión diferente, demostrando la ausencia de supervisión y coherencia doctrinal.
Aunque algunos usuarios relatan experiencias positivas, como sentirse “afirmados” y “aconsejados”, la preocupación persiste: sin responsabilidad moral o comunitaria, estos sistemas pueden manipular temas de fe y hasta influir en decisiones personales o financieras de los fieles.
En este escenario, las advertencias bíblicas sobre el engaño en los tiempos finales cobran relevancia. Así como las Escrituras señalan la importancia de discernir los “falsos profetas” y voces que desvían de la verdad, hoy la iglesia enfrenta el reto de reconocer y rechazar estos engaños digitales que, aunque parezcan inofensivos, pueden desviar a muchos del verdadero Evangelio.
Aquí surge la urgencia de aferrarse a la Palabra de Dios y al Espíritu Santo, guiando a los cristianos a no dejarse seducir por lo popular, sino anclarse en la verdad que transforma y libera.
La invitación a fortalecer la fe desde la comunión genuina con Dios sigue abierta para todo el que la quiera, lo que ayuda a no poner confianza en simulaciones que solo buscan lucrar y manipular. En tiempos de confusión, la esperanza y la luz se encuentran en Jesús, quien no puede ser reemplazado por ninguna inteligencia artificial.
Así, la iglesia y los creyentes están llamados a educar y discernir, protegiendo sus corazones de “falsos Cristos”, y promoviendo un Evangelio auténtico que resiste todo intento de engaño digital y espiritual.






